lunes, 26 de octubre de 2015

Un linebacker de acero

Héctor Zamarripa nació en el estado de Jalisco en 1991.
El ahora linebacker de los Linces,  con tan sólo 23 años,  empezó de liniero en sus infantiles, en su juvenil fue receptor y cornerback y fue a partir de su última juvenil,  que empezó a ser linebacker.
Haciendo cuentas lleva 14 años jugando fútbol americano.
Todo empezó cuando su hermano y él comenzaron a probar este deporte por pura casualidad y a partir de ahí se enamoró totalmente de esta disciplina, convirtiéndose así, un estilo de vida.
Antes de llegar a UVM jugó en los Raiders de arboledas.  Gracias a que un amigo y él decidieron cambiar de equipo, fue como terminaron en la casa felina de Linces. Desde que llegó a Linces él se encariñó con los colores y con toda esa unión de la cual caracteriza al equipo.
Miles de sensaciones se desenvuelven cuando Héctor está dentro del campo,  tanto emoción, ansia, nervios, que al final, después de todo, se convierte en una carga total de adrenalina. Y es evidente que es capaz de controlar  sus emociones pues desempeña un gran trabajo defensivo.
 Él es un jugador que se concentra en la jugada, su atención siempre va dirigida a lo que se está desarrollando dentro del campo y a las indicaciones de su coach. Su mentalidad siempre está enfocada en visualizar las cosas que quiere que sucedan en el campo. Caracterizado por su velocidad y gran agilidad ha recuperado varios balones e interceptado;  se destaca  por realizar buenas tacleada y  varias capturas importantes a los quarterbacks al equipo contrario.
El mejor recuerdo que tiene en su vida, como jugador,  es la intercepción que tuvo en la temporada 2014 contra las Águilas Blancas, pues la regresó hasta el touchdown. Eso demuestra las diversas habilidades que tiene como jugador, ya que se necesita mucho para que un  defensivo logre ese tipo de jugadas, no es imposible, sino que es algo que lleva mucho esfuerzo y demasiada concentración a la hora del juego para poder realizarlo de manera efectiva.
Estar en liga mayor ha sido y  es una etapa con experiencias totalmente diferentes, la cual está disfrutando demasiado, pues es como uno de los sueños grandes de todo jugador, ya que es el punto máximo del fútbol colegial.
El último cuarto es su parte favorita del juego, porque ahí es donde se determina todo, es en donde se llena de emociones y si vamos a hablar de cosas que le gustan a este linebacker el trabajo uno a uno o mejor conocido como personal es la cobertura que más disfruta llevar a cabo. Se considera un jugador al que le gustan mucho los golpes y el impacto.
Esta temporada se siente más fuerte, motivado y más listo que nunca. Ha trabajado mucho en la parte mental y lo anímico, pues es otro punto muy importante que muchos jugadores a veces olvidan: la mente. Es fundamental no sólo prepararse física, sino también psicológicamente.
“El amor a este deporte y el cariño que le tengo es lo que más me motiva ahora a jugar”, considera que la pasión es el aspecto más importante que todo jugador debe de tener presente y que  las malas influencias a los jugadores son las cosas que afectan para que algún equipo deje de avanzar.
La unión y el compañerismo son dos de los los valores presentes en este deporte. No sólo se crean buenas amistades sino lazos muy difíciles de romper y es algo que debemos de valorar.
“Es mucho mejor estar de local que de visitante, sientes el apoyo de tu tribuna y sabes cómo moverte dentro de tu territorio.” El JOM, no sólo para los jugadores, sino también para los fanáticos, simboliza mucho más que sólo un campo.
Su filosofía es: “Darlo todo siempre  y no arrepentirse de nada.” “Llevaré mi futbol hasta donde mi cuerpo lo aguante”-aún no tiene algo definido en cuanto a lo que va a hacer después de que se termina su tiempo en mayor, él solamente disfruta el ahora el mañana es otra cosa.
Ser pieza clave en su equipo y tener éxito en los ámbitos profesionales y personales son una de las metas que él se ha planteado y siempre tendrá presente.
Él piensa que todos pueden jugar fútbol americano pues todos pueden desarrollar las habilidades necesarias,  pero hay algunos que se enfocan más en hacerlo realidad.
El fútbol americano le ha enseñado a que nunca debe de agachar la cabeza, siempre hay que dar todo y aunque las cosas no salgan a la primera, si uno sigue de pie, al final se conseguirá lo que se busca.
“Aprovechen todos los días que practican este deporte, que todos los días den su 110%, porque  el tiempo que puedes practicarlo se pasa rápido y cuanto menos te lo esperas ya estás dando tus últimos partidos”- es el mensaje que les deja a todos los jugadores.
Sin duda es uno de los jugadores que tienen ese instinto felino capaz de detener cualquier intento de ataque ofensivo. Todos saben que cuando Héctor Zamarripa entra al campo no hay nadie quien lo pueda detener.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por compartir tu opinión.